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Nuestro vino nace

De la unión de dos paisajes sagrados


Donde las fértiles llanuras del Valle de Bekaa se encuentran con los picos brumosos del Monte Líbano. En estos terrenos benditos, cada vid prospera bajo la suave caricia del sol y bebe profundamente de la tierra que guarda siglos de historia y tradición. Con cada cosecha, nuestras manos trabajan con cuidado, guiadas por el amor y un respeto por la tierra que nos nutre.​

Donde las fértiles llanuras del Valle de Bekaa se encuentran con los picos brumosos del Monte Líbano. En estos terrenos benditos, cada vid prospera bajo la suave caricia del sol y bebe profundamente de la tierra que guarda siglos de historia y tradición. Con cada cosecha, nuestras manos trabajan con cuidado, guiadas por el amor y un respeto por la tierra que nos nutre.​


Cuando levantas tu copa, sostienes más que vino; sostienes el espíritu de nuestros ancestros, el apego a nuestra querida tierra y la nostalgia de tiempos más simples.




Cada sorbo es una historia, una celebración del amor y una conexión con el corazón del Líbano, traído con amor a tu mesa.